Sensación de fluidez, ligereza, relajación profunda y serenidad interior.
Disminución de los estados de fatiga, estrés, dolor y cansancio crónico.
Relajación mental y estimulación de los sentidos.
Mejora del descanso y sueño nocturno.
Alivio de la tensión muscular y el dolor en las articulaciones, incrementando su movilidad y flexibilidad.
Mejora de la circulación sanguínea y linfática.
Equilibra el sistema nervioso ayudando en trastornos de origen emocional: ansiedades, angustias, depresiones, insomnio, hipertensión…
Aumenta la consciencia corporal, ayudando a liberar bloqueos energéticos por emociones no gestionadas y permitiendo mayor autoconocimiento personal y autoestima.
Aumento de la sensación de vitalidad, alegría, optimismo y energía en general.